sábado, 20 de agosto de 2011

Un corazón sencillo



Encuentro de Jóvenes Vicencianos
Madrid, agosto de 2011

El Señor siempre tuvo preferencia por los corazones sencillos y por la gente que no tiene miedo a reconocer y mostrar su debilidad y su pobreza. Israel Jesús Ortega Gómez, más conocido por todos como “Isra”, es postulante en la Congregación de la Misión (Paúles). Como buen gaditano, se caracteriza por su gracia y simpatía con todos. A sus 27 años, va a comenzar el quinto año de seminario, donde continuará su preparación a nivel congregacional y eclesiástico durante al menos cinco años más.

No le faltan ni ganas ni ilusión. Isra llama la atención por su sonrisa permanente, por su conversación fácil y amena y por sus constantes muestras de cariño con todo el mundo. Es el quinto de seis hermanos, una familia numerosa donde todos colaboraban por el bien común. Aunque sus padres pertenecen al Camino Neocatecumenal, Isra ha entrado en el seminario de los Paúles porque le cautivó la figura de san Vicente de Paúl. No le cuesta trabajo reconocer sus limitaciones, sabe que debe apoyar más su vida en Dios a través de la oración y sus hermanos. Pero no se desanima por sus imperfecciones, porque sabe que Dios siempre capacita a aquellos a los que llama.

Su mayor reto es mantener la ilusión con la que comenzó, favorecer el contacto con los jóvenes y trabajar codo con codo con los pobres. Ésta es la cara de una Iglesia que viene con toda la fuerza de la juventud, que busca a Dios con todas sus ganas y que no está dispuesta a dejarse manipular por nadie. Su carisma vicenciano queda patente en su fijación por los pobres y desfavorecidos, así como su preferencia por la vida comunitaria y el trabajo en equipo.

Es sorprendente ver cómo miles de jóvenes de todo el mundo han aparcado sus vacaciones, trabajos o estudios y han decidido venir a Madrid este verano a escuchar en vivo y en directo a Benedicto XVI. A Isra la JMJ le ayuda a pensar “que no estamos locos”. La JMJ comenzaba un día después de la clausura del Encuentro de Jóvenes Vicencianos, donde alrededor de mil ochocientos jóvenes de todas las nacionalidades comparten varios días de convivencia y oración.

La JMJ está siendo un regalo para todos y para Isra es un espacio más en el que escuchar a Dios a través de los demás. La peregrinación con el Papa a Jerusalén, y la JMJ en Roma fueron momentos impactantes en los que Dios le habló al corazón. Lo que más echa de menos de su vida anterior es tener tiempo libre para dedicar a sus hobbies. Sin embargo, su elección le merece la pena dedicar su vida a Dios porque “la mejor forma de vivir es conforme a tu vocación, es lo que te puede hacer más feliz”.

Rosa María Romero Pérez